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miércoles, 15 de febrero de 2017

UNIDAD 4. REFLEXIÓN SOBRE MI ESTILO DE EVALUACIÓN

Creo honestamente que que que pongo en práctica la trilogía de la evaluación diagnóstica, formativa y sumativa en cada bloque de contenido que imparto, sobre todo con el alumnado más joven (1º de ESO).

Además del examen escrito, para evaluar a mi alumnado utilizo distintos instrumentos: observación directa, pruebas orales, entrevistas semiestructuradas, portfolio digital y rúbricas de evaluación. En su día tenía un diario de aula que ya no utilizo al sustituirlo por la app Classdojo. También representa una parte importante de mis estrategias evaluadoras las producciones del alumnado, ya sean actividades, proyectos o problemas a resolver, que son los que integran la mayor parte de su portfolio digital.

Intento que mi evaluación sea formativa, informando al alumnado de lo que pretendo conseguir de y con ellos antes de cada U.D. y también haciéndoles llegar tanto a ellos como a sus familias (Classdojo me ayuda mucho a ello) su grado de progreso y los problemas que detecto a través de valoraciones y comentarios cualitativos.

La información o evaluación que me proporcionan es abundante y, sobre todo, rica y en tiempo (más o menos) real, con lo que puedo ir corrigiendo el rumbo a tiempo, si bien no siempre toman nota de mis sugerencias e indicaciones. Al mismo tiempo realizo actividades de evaluación previa antes de cada examen escrito con Kahoot, que permiten a los estudiantes conocer su nivel de preparación y a mí indicarles la necesidad que puedan tener de reforzar o profundizar en determinados de ellos. 

 

Los instrumentos o estrategias de evaluación que implemento me permiten ver a los discentes tanto cuando actúan, en el marco de un aprendizaje activo, como también replicando situaciones de aprendizaje planteadas en clase, en este caso de una forma más tradicional. Gracias a la explicitación de los aprendizajes y el grado de consecución de los mismos que me “obliga” a considerar las rúbricas de evaluación, tengo más en cuenta las competencias que se pueden contemplar y, por consiguiente, evaluar. En tal sentido, estoy satisfecho con el abanico de estrategias de contemplo, aunque estoy abierto a implementar otras y a mejorar las que ya conozco y aplico.

A nivel de centro habitualmente la evaluación la realizan exclusivamente los docentes. Yo contemplo una heteroevaluación de mi práctica docente por parte de los alumnos al finalizar cada trimestre. No me atrevo a hablar por boca de mis compañeros, pero tengo la sospecha de que la evaluación es más bien “clásica”, al finalizar un determinado número de unidades, excepto con los alumnos de 1º de ESO, que se suele llevar a cabo al final de cada U.D. En cuanto a los instrumentos que se utilizan, la mayor parte se decanta por el examen escrito y la realización de trabajo pero, en este caso, realizados fuera del aula, de forma complementaria.

2 comentarios:

  1. me parece muy interesante tu propuesta. Solo me causa curiosidad, la asignacion de un porcentaje bastante alto a los examenes o pruebas escitas y bastante bajo para el resto de evaluaciones. Saludos y mucho exito en tu actividades profesionales y en tu vida personal

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  2. Tienes toda la razón, Dolly, en cuanto a la asignación de porcentajes. Lo que ocurre es que dichos porcentajes los establece el departamento y yo he de asumirlos, con las matizaciones y el poco margen que me puedo permitir precisamente en los criterios no vinculados a las pruebas escritas.

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